Silvina Ocampo
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Capy@TEMP to
** ALL ** on Sun Aug 10 21:13:00 1997
Bueno.. ac les mando algo de silvina Ocampo que me gust¢ mucho!!!
Informe del cielo y del infierno (de Silvina Ocampo)
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ejemplo de las grandes casa de remate, el Cielo y el
Infierno contienen en sus galer¡as hacinamientos de objetos
que no asombrar n a nadie, porque son los que hay en las casas
del mundo. Pero no es bastante claro hablar s¢lo de objetos: en
esas galer¡as tambi‚n hay ciudades, pueblos, jardines, monta¤as,
valles, soles, lunas, vientos, mares, estrellas, reflejos,
temperaturas, sabores, perfumes, sonidos, pues toda suerte de
sensaciones y de espect culos nos depara la eternidad.
Si el viento ruge, para ti, como un tigre y la paloma
angelical tiene, al mirar, ojos de hiena, si el hombre acicalado
que cruza por la calle, est vestido de andrajos lascivos; si la
rosa con t¡tulos honor¡ficos, que te regalan, es un trapo
deste¤ido y menos interesante que un gorri¢n; si la cara de tu
mujer es un le¤o descascarado y furioso: tus ojos y no Dios, los
cre¢ as¡.
Cuando mueras, los demonios y los ngeles, que son
parejamente vidos, sabiendo que est s adormecido, un poco en
este mundo y un poco en cualquier otro, llegar n disfrazados a
tu lecho y, acariciando tu cabeza, te dar n a elegir las cosas
que preferiste a lo largo de tu vida. En una suerte de
muestrario, al principio, te ense¤ar n las cosas elementales. Si
te ense¤an el sol, la luna o las estrellas, los ver s en una
esfera de cristal pintada, y creer s que esa esfera de cristal
es el mundo; si te muestran el mar o las monta¤as, los ver s en
una piedra y creer s que esa piedra es el mar y las monta¤as; si
te muestran un caballo, ser una miniatura, pero creer s que ese
caballo es un verdadero caballo. Los ngeles y los demonios
distraer n tu nimo con retratos de flores, de frutas
abrillantadas y de bombones; haci‚ndote creer que eres todav¡a
ni¤o, te sentar n en una silla de manos, llamada tambi‚n silla
de reina o sillita de oro, y de ese modo te llevar n, con las
manos entrelazadas, por aquellos corredores al centro de tu
vida, donde moran tus preferencias. Ten cuidado. Si eliges m s
cosas del Infierno que del Cielo, ir s tal vez al Cielo; de lo
contrario, si eliges m s cosas del Cielo que del Infierno,
corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas
celestiales denotar mera concupiscencia.
Las leyes del Cielo y del Infierno son vers tiles. Que vayas
a un lugar o a otro depende de un ¡nfimo detalle. Conozco
personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al
Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche,
al Cielo.
Capy
... Existen 2 maneras de ser feliz, hacerse el idiota o serlo. (S. Freud)
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